lunes, 16 de junio de 2014

¿Se puede medir el aprendizaje?



“¿Se puede medir el aprendizaje?”

Hemos llegado a lo conclusión de que no se puede medir el aprendizaje, siempre que hablemos de aprendizaje como desarrollo cognitivo. Teniendo en cuenta que el ser humano se rige por inteligencias múltiples, difícilmente podríamos evaluar todos sus progresos, además en cuanto a entrar a calificar ese aprendizaje (en el caso de que se pudiera) es algo bajo nuestro punto de vista, totalmente innecesario, ya que con la valoración numérica no conseguimos otra cosa que la jerarquización, la clasificación y la disgregación.


Realmente en el sistema de evaluación actual ni siquiera se mide la memorización de manera objetiva, es imposible teniendo en cuenta las particularidades y el contexto de cada individuo. Por otra parte, el alumno debe llegar a conocer hasta dónde alcanzan sus capacidades y en que ámbitos podría sacarse más partido, podríamos decir que existen tantos tipos de inteligencias como personas, pero nos parece absurda esa necesidad de medir y calificar. Por ejemplo, quizás alguien que no sea un genio en matemáticas pueda llegar a destacar en esta materia por su capacidad de esfuerzo y sacrificio.

Las notas con las que a diario se somete a los alumnos alimentan sus frustraciones hasta el punto de que se actúa por miedo al fracaso o al suspenso, también puede darse el caso contrario, de un alumno que pudiendo sacar mejores notas ceda a la mediocridad para sentirse socialmente aceptado. Difícilmente encontramos justificación a que se siga manteniendo este sistema tan retrógrado, y ahí podemos encontrar la respuesta, en su afianzamiento y su perpetuada tradición. La finalidad de la evaluación debe ser valorar en la medida de lo posible, en el sentido de reconocer y comprender, para así facilitar y guiar el aprendizaje  que debe atender a las necesidades de cada alumno.



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